Hugo Avendano

Escritor advenedizo, lector de tiempo discontinuo; futbolista y corredor de afición pero educador de tiempo completo por vocación. Con la firme intención de completar algún día un maratón. Consumidor y exigente del buen café. Gozoso de disfrutar de las simplezas de la vida. Tecnólogo autodidácta. Fan del Cruz Azul en México, del Barcelona en España y del Manchester United en Inglaterra. Integrante del Club de Corredores Nike+.

Me apasiona crear, innovar y transformar.

Amo a México

Upstart writer, reader time discontinuous . hobby player andrunner but full-time educator by vocation. With the firmintention of completing a marathon someday. Demandingconsumer and good coffee. Joyful to enjoy the simplicitiesof life. Joyful to enjoy the simplicities of life. Technologist autodidact. Cruz Azul and Pachuca Fan in Mexico. Barcelona in Spain. Member Runners Club Global Nike +

I love to create, innovate and transform.

I love Mexico

domingo, 20 de abril de 2008

Mi calendario personal.

Nunca esperé este misterioso regalo. Después de escudriñar entre el “free software” entre las páginas de los genios informáticos de la República de Korea, sin darme cuenta, sin anunciarse se llegó a instalar un curioso y agradable calendario personal en la barra de tareas de mi PC. Si no fuera porque efectivamente soy un enajenado con el adecuado uso del tiempo, habría tomado mis reservas para reflexionar acerca de la aparición de tan singular software. No me molestaba, pareciera que incluso su presencia obedecía a una confortante sumisión y cada vez que encendía mi computadora, me recordaba amablemente el día – remarcándolo en un círculo rojo “para que se note” -, la hora y me sugería anotar para los días subsiguientes, mis tareas, mis compromisos (entre ellos anoté el de escribir esta columna) y después de manera pacífica se reducía y ya no me acordaba de él.
Todo seguiría transcurriendo de la manera antes descrita, si no es porque las malas intenciones como las malas tormentas, tienen sus vestigios y sus señales. Empecé a recibir una serie de “mails” en donde me empezaron a ofrecer una serie de productos y accesorios para computadora que efectivamente le hacen falta a la mía. Es cierto que en ese momento no llegué a ninguna conclusión, pero acabe curioseando tan singulares y atractivas ofertas. Otra mala señal, es que sus ventas por internet no aceptaban tarjetas de crédito. Uno tenía que enviar su cheque a una dirección postal determinada ó depositar las cantidades en cuestión, a una cuenta del City Bank en Hong Kong. Obviamente mis expectativas de compra allí se derrumbaron- ¿Cómo voy a reclamar si me defraudan? Ni siquiera hay PROFECO en Tehuacan- pensé. Finalmente decidí dejar a mis amigos coreanos por la paz, pero ¿qué creen? Ellos, los “Korean Techs” no me dejaban de asediar. Bloqueé la dirección electrónica, les mandé “mails” quejándome ( ¿les habrán entendido? ) en fin, no relacioné el problema hasta que por azares del destino quise configurar mi amable y servicial calendario personal y fue en ese momento en donde tuve una amarga decepción: MI amigo, mi servicial amigo y administrador del tiempo era parte de un complot coreano para venderme a como diera lugar. Y no solo eso, era una metáfora del Caballo de Troya. Este calendario personal, es en realidad un instrumento de espionaje comercial que le da a la compañía toda la información de tu PC cada que te conectas a Internet. Es silencioso, de bajo perfil, su dinamismo no se nota, pero mientras tu navegas por una bola de páginas inútiles, este espía trabaja de manera, ardua y precisa. Nunca lo hubiera pensado, pero la solución era simple, aplicarle un mortal “delete”. No quisiera describir las horas que me costo, no solo intentar acabar con él, sino ubicarlo, porque el pequeño programita una vez que se siente descubierto y amenazado cambia de lugar en tu disco duro y se inicia una nueva persecución. Descubrí poco a poco en el proceso, parte de los archivos que lo convertían en una “chinche cibernética”, pues prácticamente chupaba la información con desesperación animal y su apetito parecía no tener fin. Nunca pude terminar con él. Hoy sé que es parte de mi computadora, pues de vez en cuando el singular calendario aparece en mi barra de tareas en algo que puedo considerar como una actitud desafiante ó retadora. ¡Claro! Hoy sé como inmovilizarlo. Me han dejado de enviar los mails. La operación “chupa cabras net” parece haber terminado.
Mi conclusión al respecto: Habremos de enfrentarnos a estas agresivas estrategias de mercadeo electrónico, indefensos la mayor parte de las veces. Las prácticas de inteligencia comercial, son aprobadas por las grandes compañías desde la perspectiva de que representan empleos y bienestar para la población mundial- No les hablé usted de los derechos humanos, podría parecerles infantil -. El marketing en internet es una faceta desconocida para la mayor parte de los habitantes de este país. Una estrategia de mercadotecnia es confundida la mayor parte de las veces con un agradable y vistoso diseño de una página web. El Cyber-Marketing es ante todo información directa y precisa del consumidor, de su mercado meta. No dispara como las escopetas para ver si alguna posta mata algún pato. Se asemeja a un instrumento con mira telescópica y rayo laser, es decir, se sabe con anticipación quién es el cliente potencial para hacer efectiva la venta.
The Gat Corporation, es el nombre de la comercializadora con sede en Korea, y quién hoy posee seguramente una gran cantidad de información de mi disco duro. Tenga cuidado si piensa visitar su “site”, pero extreme precauciones al navegar en las páginas del mundial de futbol, en una de ellas puede estar presente el interés por conocer su filiación completa.

1 comentario:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.