Hugo Avendano
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domingo, 19 de febrero de 2012
Equipos 2012: pactos, cuotas y lealtades
Los tres principales aspirantes a la Presidencia alistan a sus ejércitos para la campaña
Por Carole Simonnet. Diario Reforma
Ciudad de México, México (19 febrero 2012)
Alrededor de Andrés Manuel López Obrador, Enrique Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota confluyen sus más allegados: aquellos colaboradores con los que han convivido diariamente desde hace años (décadas en algunos casos), y un bloque de cuadros que derivan de sus compromisos y alianzas con otras expresiones dentro y fuera de sus partidos: nombramientos que se inscriben en la lógica del reparto de cuotas y la operación cicatriz.
Cuando falta mes y medio para que arranque la campaña el próximo 30 de marzo, los contendientes han buscado de esta manera que sus grupos de trabajo no sólo les garanticen incondicionalidad sino que también les permitan superar las divisiones internas que generaron sus candidaturas.
López Obrador
"Háganlo ustedes", respondió Andrés Manuel López Obrador al jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, cuando éste propuso conformar un war room con la dirigencia del PRD y los "Chuchos" para definir la estrategia de campaña del 2012.
El 29 de noviembre pasado, en la sobremesa de un desayuno en el restaurante Cardenal del Hotel Hilton, el dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano y su antecesor Jesús Ortega fueron testigos del interés limitado del tabasqueño por incluir al partido y su corriente mayoritaria, Nueva Izquierda, en la toma de decisiones de su campaña, según relatan perredistas cercanos a estos personajes.
El virtual candidato del PRD-PT y Movimiento Ciudadano a la Presidencia tampoco accedió a empalmar la estructura de su Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) con la del PRD para cubrir todas las casillas el 1o. de julio y evitar repetir el error del 2006 cuando la coalición por el Bien de Todos estuvo lejos de vigilar la totalidad de ellas.
La anécdota sirve de referencia para entender la conformación del equipo del tabasqueño.
En éste prevalecen colaboradores leales, perredistas alejados del partido y colaboradores que trabajaron con López Obrador en el gobierno del Distrito Federal, en la campaña del 2006 y en el "Gobierno legítimo".
Entre sus incondicionales figuran su coordinador de prensa, César Yáñez, a su lado desde que era presidente del PRD entre 1996 y 1999; su coordinador de logística, Nicolás Mollinedo; el general Audomaro Martínez, responsable de su seguridad en la campaña del 2006, y el senador petista Ricardo Monreal, a quien confió la coordinación general del comité de campaña.
En el día a día de la campaña, López Obrador tiene cercanía con su ex secretario particular Alejandro Esquer, quien lo apoya en tareas de organización de mítines y reuniones con la estructura; Octavio Romero Oropeza, coordinador de Organización Ciudadana para el Cambio del Comité Ejecutivo de Morena; Claudia Sheinbaum, quien fue su secretaria de Medio Ambiente en el GDF, y el analista económico, Rogelio Ramírez de la O.
Aparte de ellos, el organigrama del proyecto presidencial de López Obrador tiene varios niveles de organización.
El pasado 6 de diciembre anunció un comité de campaña de seis coordinadores temáticos y representantes para las cinco circunscripciones del país. Incluyó en ese comité a los líderes reales del PT y Convergencia, Alberto Anaya y Dante Delgado; a los también petistas Ricardo Cantú y Jaime Cárdenas, e incluso invitó al líder del PRD, Jesús Zambrano, para la tercera circunscripción, pero este se negó e invitó finalmente a la senadora perredista Rosalinda Hernández.
Como parte de su compromiso con el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, el tabasqueño solicitó a René Cervera, quien promovía la candidatura de Ebrard para el 2012, y a la ex directora del DIF-DF, Patricia Patiño, encargarse de las coordinaciones del Distrito Federal y del Estado de México.
Otro nivel de organización es el Comité Ejecutivo de Morena, que dio a conocer el pasado 2 de octubre, y en el que se mezclan algunos de sus más allegados con asesores externos. A varios de ellos los impulsa incluso como virtuales miembros de su gabinete en caso de ganar las elecciones.
Aunque no los ha incluido en su primer círculo, López Obrador ha consultado a algunos de estos expertos e intelectuales para modificar su imagen, suavizar el tono de sus discursos y dar contenido a su campaña en pos de una "República amorosa".
Se trata de Javier Jiménez Espriú, María Antonieta Laso López, René Drucker Colín; María Luisa Albores González, Genaro Góngora Pimentel, Silvia Valle Tépatl, Luis María Alcalde Luján, e incluso el actor Jorge Arvizu, El Tata .
"Mucha gente está detrás del concepto, hay un grupo de filósofos importantes, sociólogos, antropólogos, hasta de escritoras que han tenido que ver con eso. Alguien clave ha sido el antropólogo Héctor Díaz Polanco, también opinaron Laura Esquivel y Luis Villoro", asegura el coordinador territorial, Jaime Cárdenas.
No descarta tampoco la huella dejada por algunos expertos de Brasil. "Creo que hay cierta influencia, desconozco si Frei Betto, el asesor de Lula, haya tenido algún acercamiento con Andrés o con gente de él. Creo que sí hay algún tipo de influencia de este tipo", señala.
A diferencia del PRI, López Obrador no tiene un búnker desde donde dirija la campaña. Se reúne esporádicamente en las oficinas del Gobierno legítimo en la colonia Roma, y su equipo de campaña lo hace en el despacho de Monreal, ubicado en la calle de General Prim.
López Obrador recibe un informe de Monreal y, cuando lo requiere, se comunica telefónicamente con cada uno para encargar tareas y expresar inquietudes.
En busca de apoyos a su campaña, el candidato perredista concretó también el pasado 7 de febrero una operación cicatriz con el cardenismo tras cinco años de distanciamiento.
En un salón del Hotel Hilton, atiborrado por personalidades de izquierda, logró que Cuauhtémoc Cárdenas le alzara el brazo. Pero hasta el momento, ni Cárdenas ni su hijo Lázaro o algún otro colaborador del ingeniero se han incorporado al equipo del tabasqueño.
Peña Nieto
Candidato indiscutible en el PRI, Enrique Peña Nieto tuvo que renunciar a su intención de armar un equipo compuesto exclusivamente con los cuadros con los que ha operado desde su mandato en Toluca.
La caída del ex dirigente del PRI Humberto Moreira, más la pugna por las candidaturas al Senado y a la Cámara de Diputados en los estados, obligaron al ex gobernador mexiquense a repartir cuotas y sellar compromisos con la integración de un comité de campaña variopinto.
Entre los 17 nombramientos en el comité que anunció el 11 de enero pasado, destaca la inclusión de dos vicecoordinadores cercanos al senador Manlio Fabio Beltrones (su ex rival en la lucha por la candidatura tricolor), y a la precandidata al GDF, Beatriz Paredes: Felipe Solís Acero y Jorge Carlos Ramírez Marín, respectivamente. Quedaron en el organigrama justo abajo del coordinador general y hombre de más confianza del candidato: Luis Videgaray.
El término de cuotas disgusta a Videgaray. El ex secretario de Finanzas de Peña Nieto prefiere hablar de "talentos" con amplia trayectoria en el partido y conocimiento de la materia jurídica-electoral.
"En diciembre simplemente no había equipo de campaña, yo fui nombrado coordinador general el 17 de diciembre; posteriormente, en enero, se dio a conocer la primera parte del equipo", justifica.
Con los ajustes Peña Nieto hizo un guiño a otras expresiones del partido y entregó premios de consolación a priistas que fracasaron en ser postulados a cargos de elección popular.
Es el caso de al menos cuatro integrantes del comité: el yucateco Ramírez Marín, la jalisciense María Esther Sherman, el tamaulipeco Baltazar Hinojosa y el oaxaqueño Héctor Ramírez Puga, que por distintos motivos se quedaron con ganas de ser candidatos a una gubernatura o al Senado.
Los tres últimos se desempeñan respectivamente como coordinador de la primera circunscripción, coordinadora de evaluación de la campaña y coordinador de la quinta circunscripción.
Aunque cedió espacios a otras expresiones, Peña Nieto también pudo aprovechar la salida de Moreira para colocar en posiciones estratégicas del CEN del PRI a allegados suyos: el ex gobernador hidalguense, Miguel Osorio Chong, como secretario de Organización; su ex secretario de Finanzas en el Estado de México, Luis Vega Aguilar, como secretario de Administración; su ex secretario del Trabajo, Ricardo Aguilar, como secretario para la región noreste, y su amigo Benito Neme, como coordinador jurídico.
Alguien que ha adquirido un papel protagónico en el equipo peñista es el ex diputado federal y actual líder de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), Emilio Gamboa.
En el día a día, según priistas consultados, Peña Nieto se hace acompañar por Videgaray y otros hombres de su total confianza: su secretario particular Erwin Lino; su coordinador de comunicación social, David López, y su coordinador de giras, Héctor Velasco, quien fue su secretario particular.
La imagen del candidato y la realización de spots quedaron a cargo de Aurelio Nuño, ex coordinador de asesores de Videgaray en la Cámara baja, en coordinación con priistas e integrantes del partido Verde Ecologista de México cercanos a las televisoras.
Del área de redes sociales se hace cargo la ex directora comercial de Televisa Interactive Media, Alejandra Lagunes.
En las oficinas del CEN –remodeladas para la campaña– sostienen sus reuniones los diferentes grupos del equipo: jurídico, opinión pública, electoral, campaña permanente y evaluación de la campaña.
Cada 15 días se reúnen los integrantes del comité plenario.
Vázquez Mota
Apenas fue electa candidata presidencial del PAN, el pasado 5 de febrero, Josefina Vázquez Mota empezó a ofrecer cargos en su equipo para operar la reunificación del partido.
El martes 7 fue recibida en Los Pinos por el presidente Felipe Calderón, y el miércoles desayunó con Ernesto Cordero y se tomó un café con Santiago Creel. Unos días después, se anunció que sus ex rivales se integrarían a su equipo.
La ex secretaria de Desarrollo Social arrancó así lo que llamó la "Semana de Unidad", para sanar las heridas que surgieron durante una contienda interna empañada por acusaciones de compra de votos y en la que Cordero cuestionó seriamente su capacidad como funcionaria pública.
En el marco de la gira de agradecimientos que realizó entre el jueves 9 y el miércoles 15 de febrero, sumó también a otro herido de las contiendas internas de su partido: el ex precandidato a la gubernatura de Guanajuato y ex secretario de Salud, José Ángel Córdova.
Su estrategia de acercamientos incluyó también reuniones con mandatarios estatales que en su mayoría apoyaron al ex secretario de Hacienda.
Pese al reparto de cuotas, Vázquez Mota prevé seguir concentrando la toma de decisiones en su war room .
Coordinado por Roberto Gil el equipo compacto alrededor de Josefina reúne a algunos de sus colaboradores más leales, como Daniel Hernández, quien fue su jefe de asesores en las Secretarías de Desarrollo Social y de Educación; Herminio Rebollo, ex vocero de Carlos Abascal; Roberto Lomelí, su secretario particular y el ex subsecretario de Gobernación, Juan Marcos Gutiérrez.
A mediados de esta semana, el equipo será reorganizado con la incorporación de nuevos elementos: Miguel Szekely, quien fue su subsecretario de Educación Medio Superior en la SEP, será coordinador de Políticas Públicas; Cordero, jefe del equipo económico; Creel, consejero político y de seguridad; Córdova, consejero en salud.
Otros colaboradores de su grupo compacto son los diputados que la respaldaron plenamente durante el tiempo que coordinó el grupo parlamentario en la LXI Legislatura: el ex priista Diódoro Carrasco; el mexiquense Carlos Pérez Cuevas; el ex secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, así como Leoncio Morán, Dolores del Río y Agustín Torres.
Aparte del cuarto de guerra, que técnicamente es coordinado por el ex subsecretario de Turismo Ricardo Anaya, la panista incorporó a operadores electorales, asesores en imagen y amigos personales.
En la construcción de su imagen y mensaje, trabajan el ex director del Canal 11, Julio Di Bella; el ex vicepresidente de MVS comunicaciones, Eduardo Sastré de la Riva y el consultor político de origen español, Antonio Sola.
Vázquez Mota encargó la recaudación de los fondos para la campaña a Gastón Pavlovich –suplente de Dolores del Río en la Cámara de Diputados– y su ex oficial mayor en la SEP, Julio Castellanos. En esa área también colabora el hermano de la candidata, Luis Vázquez Mota.
La virtual candidata se respaldó, desde hace meses, en dos figuras del PAN que también la asesoran: los ex gobernadores Ernesto Ruffo y Carlos Medina Plascencia, con quienes tiene una relación de amistad. El primero coordina las redes ciudadanas mientras que el segundo trabaja en la plataforma de la candidata.
En tanto, el ex secretario de Turismo, Rodolfo Elizondo, promueve las alianzas de la candidata afuera del partido.
En su precampaña, Josefina confió la operación electoral a cuadros panistas medianos, como el polémico ex secretario general adjunto del CEN del PAN, Jorge Manzanera, quien despacha desde la casa de la calle Sacramento en la Colonia Del Valle, famosa por haber sido la casa de campaña de Vicente Fox y Felipe Calderón.
Este inmueble es uno de los tres lugares que el abogado Enrique Burgos puso a disposición de la candidata: en la calle Providencia, también en la colonia del Valle, hay otra estructura de colaboradores, y en una oficina de Reforma 607 es donde se reúne cotidianamente el war room .
domingo, 22 de enero de 2012
Romney, el obispo Mormón
En busca de fe, el joven Joseph Smith le exige a Dios que lo ilumine. Conmovido, recibe una primera visión. "Vi un pilar de luz justo sobre mi cabeza", escribe más tarde, "y, más arriba, la brillantez del sol que descendió gradualmente hacia mí". En el resplandor, Smith distingue la figura de Jesucristo, quien le ordena restaurar su Iglesia. Tres años después, el ángel Moroni le ordena desen- terrar tres discos de oro repletos de caracteres de vaga apariencia egipcia. A lo largo de los siguientes meses, el joven descifra aquel lenguaje arcano y traduce el Libro de Mormón, donde se narra la delirante historia bíblica del continente americano. Un año más tarde, San Juan Bautista le concede la autoridad del sacerdocio aarónico. Con este don, funda la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en 1830.
Los evangélicos miran con suspicacia a la nueva congregación, cuyo primer templo es edificado en Kirtland, Ohio, en 1836. Expulsados de allí, los mormones se trasladan a Illinois para fundar la ciudad santa de Nauvoo. El gobernador del estado considera a Smith un criminal -entre otras cosas porque Dios le ha ordenado practicar la poligamia-, y lo encarcela. El 27 de junio de 1844, una turba enardecida irrumpe en la prisión y lo asesina.
Brigham Young se convierte en el segundo presidente de la Iglesia y, como Moisés con los judíos, emprende una peregrinación por el desierto que llevará a los mormones a Utah, una región desolada que Estados Unidos acaba de arrebatarle a México. Junto al enorme Lago Salado -trasunto del Mar Muerto-, fundan una comunidad casi independiente. Young se casa con 27 mujeres, aunque al final sólo una de ellas, Ann Eliza, lo abandona y emprende una campaña nacional para denunciar la poligamia, como cuenta el novelista David Ebershoff en la muy entretenida La esposa 19.
Sólo cuando el gobierno federal le ofrece a los mormones convertir a Utah en estado, el tercer presidente de la Iglesia renuncia a la poligamia, provocando que un grupo de disidentes la abandone. Hasta hoy, muchos de ellos permanecen más o menos ocultos en la zona -como los protagonistas de Big Love, la serie de HBO que muestra que una familia polígama puede ser tan adorable y complicada como cualquier otra-, mientras otros encuentran refugio en el norte de México, como la familia de Mitt Romney, como puede verse a su vez en la fascinante Luz silenciosa de Carlos Reygadas.
Romney no es polígamo -lleva 43 años casado con la misma mujer-, pero sí ha fungido como obispo mormón, lo que podría convertirlo no sólo en el primer descendiente de mexicanos en llegar a la Casa Blanca -su padre, el exgobernador de Michigan, George Romney, nació en Chihuahua-, sino en el primer alto jerarca eclesiástico en conseguirlo.
Actualmente, el Partido Republicano se encuentra dominado por una amplia comunidad evangélica encabezada por los ultras del Tea Party; desde el linchamiento de Smith, los líderes protestantes nunca han dejado de ver con suspicacia esta nueva religión que se obstina en presentarse, sobre todo a últimas fechas, como una variante más del cristianismo.
De hecho, Romney parece el más interesado en difundir esta versión, como si la Iglesia de los Santos de los Últimos Días no fuese sino una senda paralela al protestantismo histórico. Semejante maniobra, a tono con su estrategia general de fingir lo que no es -un cristiano ultraconservador-, olvida que ninguno de los reformistas se presentó jamás como un profeta o que los dictados del Libro de Mormón, de una fantasía desbordada, son considerados por su Iglesia idénticos a los evangelios.
En esta simulación constante se advierte claramente quién es Romney: un político dispuesto a cualquier cosa -incluso al travestismo religioso- con tal de obtener el poder. Toda su biografía, desde sus años como empresario hasta su periodo como gobernador de Massachusetts, se encuentra sujeta a un feroz proceso de manipulación que aspira a transformarla en otra cosa: lo que los auténticos cristianos ultraconservadores quieren escuchar.
Así, el Romney empresario se empeña en mostrarse como un supremo defensor del libre mercado, un escéptico del Estado y un arriesgado creador de oportunidades de trabajo, cuando Bain Capital liquidó miles de empleos y benefició especialmente a sus accionistas -él mismo en primer término-, del mismo modo que el Romney político busca ser percibido como un conservador de pura cepa cuando, entre otras cosas, impulsó una cobertura sanitaria idéntica a la del odiado Obama.
Romney es, en este sentido, el mejor discípulo de Joseph Smith. Siguiendo su estela, no le preocupa alterar documentos, reescribir la historia, insertarse en una tradición que no le pertenece, falsear su pasado o presentarse como un devoto redentor. Que para lograr su objetivo esté dispuesto a asimilarse con quienes persiguieron y asesinaron al fundador de su Iglesia es la mejor prueba de que se trata de un digno sucesor del profeta.
Twitter: @jvolpi