Mensaje semanal del Obispo de Tehuacán

Tehuacán, Pue., 3 de febrero de 2011

 

Fiesta diocesana: un nuevo sacerdote para Tehuacán y peregrinación al Tepeyac

 

Hoy estamos de fiesta en la Diócesis de Tehuacán, pues será ordenado un nuevo sacerdote: se llama Alejandro Bravo Espíndola y nació en Tehuitzo, población que pertenece al municipio de Palmar de Bravo y a la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores en Cuesta Blanca. Su historia personal y familiar es como la de tantas personas, sin rasgosde extraordinaria relevancia, pero ahí Jesucristo se ha hecho presente, le ha llamado al sacerdocio ministerial y Alejandro ha respondido afirmativamente. Este diálogo vocacional que se ha iniciado, por parte de Cristo continuará, anhelamos que igualmente continúe por parte de Alejandro: historia de amor con la que Alejandro se sumará a los presbíteros ya existentes en la Diócesis y en la Iglesia Universal, pero consignos que la hacen y la harán  única, original e irrepetible, para decir igual que san Pablo en referencia a Cristo: "me amó y se entregó por mí", a fin de que Alejandro corresponda y añada: "me dejo amar y amo a Cristo; con Cristo y por Cristo me entrego a los demás".

Es una ocasión para que otros jóvenes se pregunten: ¿no estará llamándome Cristo a ser sacerdote? Indagan esto los seminaristas, que van haciendo el discernimiento vocacional; también lo revisan y reafirman los sacerdotes, que reasumen el llamado siempre vivo y renovado de Jesucristo, quien llama constantemente a todos y a cada persona a una vocación y misión específica en la vida de la Iglesia y para bien de todos. Invito a usted a orar por aquellos a quienes Cristo sigue llamando y destinando al ministerio sacerdotal, cuya vocación es fruto de la fe de una familia y de una comunidad.

 

La fiesta diocesana continúa con la peregrinación a la Basílica del Tepeyac, al encuentro de la siempre virgen santa María de Guadalupe, el próximo domingo 6 de febrero.

Llegaremos ante nuestra Señora de Guadalupe, reafirmando nuestra condición de hijos, para recibir su amor, compasión, auxilio y defensa; para agradecerle sus favores; para pedirle que siga intercediendo ante su Hijo por nosotros, de modo que seamos más y más discípulos firmes, testigos apasionados, misioneros convencidos de Su Evangelio.

Entregaremos a nuestra Madre Buena nuestra oración y la oración de nuestras familias y de nuestra comunidad diocesana. Le entregaremos también la ofrenda de nuestro Plan diocesano de pastoral, que queremos asumir en espíritu de misión permanente. Igualmente le entregaremos el caminar hacia nuestra celebración de los 50 años como diócesis, que tendremos el año próximo, 2012.

De la misma manera, además de discípulos y misioneros de Jesucristo somos ciudadanos en un estado concreto, Puebla: entregaremos a nuestra Señora de Guadalupe la oración en el inicio de un nuevo gobierno en sus poderes legislativo y ejecutivo, ocasión para pedir por todos los funcionarios públicos en sus diversos servicios, de modo que funcionarios y ciudadanos colaboremos para avanzar en eldesarrollo de nuestro estado por caminos de justicia y de paz.

 

 

 

+ Rodrigo Aguilar Martínez

Obispo de Tehuacán